Hace ya más de dos semanas que no tengo ningún tipo de vida en la red, al menos con aportación y/o huella. Exactamente desde el 11:55 AM Dec 26th, 2008 que es la fecha y hora de mi último tweet en Twitter.
Y es que la vida desde esas horas parece que se paró de una forma importante. Al principio deje de aportar/escribir cualquier cosa por falta de ganas y por necesidad de concentrarme en otras muchas cosas que estaban pasando en esta otra vida; una vidad real, una vida analógica. Y luego porque tenía que seguir aportando en esta otra vida y ahora ya habiendo comenzado a trabajar después de unas vacaciones de navidad bastante ajatreadas.
Ese mismo día ingresó en el Hospital de Vigo, tras pasar un día en el Hospital de Pontevedra, mi peque de 22 días aquejada de una enfermedad sin mucha complicación si no fuera por su corta edad y toda una serie de complicaciones que esto trae consigo. Una enfermedad que no le dejaba respirar y lo cierto que hasta que no lo hizo con fluidez yo tampoco lo hice.
Estuvo en la UCI pediátrica del Hospital Xeral Cíes de Vigo nueve largos días en los que incluso necesitó de dos días de entubación debido a que su agotamiento pulmunar provocado por un «bichito» era tal, que ya necesitaba esa otra ayuda.
La verdad es que la estancia allí no fue nada agradable entre otras cosas por la angustia que pasas viendo a tu pequeña, tan pequeña, en aquella situación. Pero también lo pasas muy mal viendo lo que hay a tu alrededor. Ves casos menos graves que el tuyo pero también ves casos mucho peores, incluso vimos el sufrimiento de una familia que dejó allá a su pequeña. Cada vez que lo pienso se me encoge el corazón.
En definitiva ves muchas cosas muy duras pero sobre todo ves gente ayudando de una forma increible a unos niños enfermos y gente como la de la Fundación Theodora, que hacen una labor increible de una forma totalmente desinteresada o más bien con un interés un único interés que es el de mejorar en la medida de lo posible, la situación de los niños. Desde aquí, a todos los que nos ayudaron «MUCHAS GRACIAS POR TODO». Y pido a todos los que allí trabajan sin vocación, que lo dejen, dejando paso a los que si la tienen y se entregan por los demás.
Nos tocó además todo esto en unas fechas muy señaladas pero bueno, ahora ya pasó. De todo esto me quedo con el aprendizaje. Aprendizaje que me gustaría que mucha gente tuviese, aconsejaría a aquellas personas que viven en un mundo irreal se pasen un ratillo por un hospital para ver y porque no, también disfrutar de una vida real.
Y os preguntareis por qué digo esto, pués bien, os cuento. Entre visita y visita a la UCI, teníamos que intentar distraernos un poco. En uno de estos intervalos nos dió por ir a dar una vuelta a El Corte Inglés. Y pienso que por los momentos que estábamos pasando nos llamó todavía más la atención, una frase que le escuchamos a una chica que en esos momentos sufría una gran desgracia. No encontraba una camiseta que le conjuntase con otra ropa que tenía en su «fondo de armario». La frase literal que le decía a la dependienta de esa sección fue «Joder, que vida más dura».
Me pregunto: ¿Cuáles son las cuestiones de la vida diaria que de verdad tienen una gran importancia? Cada uno tenemos las nuestras, pero ¿no debieran ser las mismas? Y esto nos ayudaría a la hora de afrontar la vida real de una forma mucho más positiva, en todos los sentidos.
5 respuestas
Muy buen post, que sin duda he tenido que releer de quien era porque porque ha subido el nivel…
Me ha gustado mucho en el fondo, y desde luego en la forma…
¡¡¡Asi me gusta!!!
Hola Alberto,
Lo primero de todo, me alegro muchísimo de que todo haya salido bien y de que la pequeña haya podido volver sana a casa. Un abrazo fuerte para todos.
Sobre la reflexión del post… poco que aportar… las injusticias a nivel local, nacional y no digamos ya internacional, llegan a ser de tamaño internacional.
Hay mucha gente con muy buenas intenciones y actos en pro de ayudar a los demás, pero lo cierto es que parece que la codicia, la avaricia y el egoísmo ganan, por desgracia, la batalla por goleada.
Muchos conflictos y 23 guerras declaras en el mundo, algunas realmente atroces (en lo que a derechos fundamentales se refiere) como es la del Congo (extensible a más territorios del continente) desde su independencia de los Belgas, o la también no reciente guerra Judio-Árabe… Asía, Sudamérica y otros tantos sitios no se quedan atrás.
Lo que también tengo claro es que tampoco podemos culparnos por muchas cosas que aunque quisiéramos y pusiéramos todo nuestro empeño no podríamos solucionar ni dar soluciones.
Lo importante es que la vida sigue, que somos unos privilegiados y que tenemos que ser conscientes de ello y aprovecharlo al máximo, sin olvidar a aquellos que no lo son.
Me alegro de volver a leerte y te envío un abrazo fuerte Alberto.
Quería decir: «llegan a ser de tamaño abismal«. Sorry.
Me alegro mucho de que todo saliera bien y que puedas disfrutar de tu familia que es lo mejor de la vida sin duda.
Me has dejado sin palabras. Impresionante post escrito desde el corazón.
Animo y suerte.
Gracias por compartir un abrazo muy fuerte.
Ey Alberto! No sabía lo de vuestra bebé, me puedo hacer una idea de los malos momentos. Pero de todas esas cosas se aprende un montón: al final lo que realmente necesitamos en esta vida son muy pocas cosas… que cuando faltan lo demás no tiene ningún valor.
Me alegro que ahora esté solucionado!
Ánimo y a empezar el año con mucha fuerza!
Un abrazo fuerte para tí y los tuyos!!!